Que Fork no está gordo salta a la vista. Es un crío delgado desde que nació y suele recibir adjetivos como "poqueta cosa" (término muy médico recibido en el hospital en su última fiebrada), "careta fina" y demás.
Desde que nació lo de comer ha estado por demás. Lo teníamos que despertar para que comiera, básicamente. Los lloros porque estaba muerto de hambre no los hemos conocido, ya que prefería dormir. Si lo despertabas se ponía de una leche que solo conseguías que apretara la boca, se cabreara y siguiera sin comer. Así que... a adaptarse a su ritmo. Si no quiere, no quiere.
Cuando pasamos a la alimentación complementaria aun fue peor. Le metías cucharadas de comida y sacaba la lengua para que se le escurriera el puré. Lo nunca visto. Tardó como dos meses en aceptar medianamente los sólidos. Eso sí, SU ración.
Vamos, que tenemos un niño cuyo percentil de peso es <3 (de hecho, -3) , no estamos en las gráficas sino bajo ellas. Por ello, desde los 6 meses hemos tenido control de peso cada mes y últimamente cada 15 días.
Nuestra gráfica |
Le han hecho análisis de sangre (varias veces), le han mirado marcadores de alergias, le estamos dando hierro porque salió que estaba flojete... y nada. No sale nada y no "mejora" (si es que hay algo que mejorar a parte de que quiera comer) nada.
Entre tanto ha superado una infección que lo dejó KO e hizo que además perdiera peso, una otitis, reacciones a vacunas... Vamos, que hemos tenido semanas de comer normal (para ser él) y semanas de no quería nada de nada.
Pero tu lo ves y tiene fuerza, está animado, juega, no para... Solo que es delgado y que llega la hora de las comidas y cuesta la vida que abra la boca. O la abre pero a los 5 minutos decide que ya es suficiente.
Todo esto agota. Me agota. Y desquicia, Y desespera. A la lucha diaria para que coma algo (que también sufren en la guardería) hay que unir el bajón que te da cada vez que lo pesan y la cifra no aumenta o aumenta poco. Y aunque la propia pediatra dice que el crío está bien, que evoluciona como debe, quiere descartar que no hay nada que le impida engordar antes de asegurar que "es así", que es lo que creemos que pasa. Por tanto, derivación al especialista del hospital para que "lo miren bien". Otra vez análisis y pruebas, supongo...
Así que ahí estamos, luchando contra los percentiles infantiles y, que cosas, haciendo operación engorde cuando media España está en plena operación bikini. Solo espero que no le quieran hacer una endoscopia o similar para descartar celiaquía, porque lo veo demasiado invasivo para un niño tan chiquitín y que se ve sano...
De momento a echar quesito a todo, todo sea por sumar calorías.
Que la fuerza nos acompañe...
Por cierto, ¿alguna experiencia similar o consejo para intentar llevar mejor el tema?