¡Buenos días! ¿Qué tal se han portado los Reyes Magos? Tras días de tiendas, mirar y remirar y de comerse el coco por fin ayer hicieron aparición para premiarnos por habernos portado muy bien durante el año.
Este día también supone el fin de las Navidades. Atrás quedan incontables comilonas, subidones de azúcar, la decoración (por lo menos en mi casa el día 7 ya desaparece todo o casi todo) y deseos de Paz y Amor para todo el mundo.
A pesar de todas las comeduras de cabeza intentando buscar regalos, no lo puedo negar, me gustan los Reyes.
Todos los días 5 intento ir a la Cabalgata de Reyes. Me encanta ver a los niños con su cara de ilusión disfrutar de los Reyes. Por el otro lado están los viejos (normalmente señoras a decir verdad) que no hacen más que empujar para intentar colarse y placarte (una vez incluso me pisaron la mano) para coger un roñoso caramelo que en teoría está destinado a un niño. Yo siempre dejo pasar a los niños, pero a los viejos ni hablar, y eso que me he llevado codazos y he tenido que aguantar comentarios de “Vaya juventud”. ¡Señora! ¡Que esto es para los niños! Si quería estar en primera fila haber llegado antes ¬¬
Después de algunos combates de sumo con señoras de avanzada edad, renovar las promesas a los Reyes, cantar “Huesca ya se ve” y ver los fuegos artificiales toca ir a tomar un café con leche bien calentito para entrar en calor. Lejos del centro, eso sí, porque está a petar (como buenos fatos todos hacemos lo mismo).
Para acabar la jornada, una cena ligera (en el Burguer King por ejemplo, que nos va de camino a casa), a ver una peli y prontito a dormir, no vaya a ser que nos pillen los Reyes en el sofá ;)
El despertar del día 6 es muy divertido también. Salir de la cama a escondidas para llevar al sofá (los Reyes en mi casa siempre han dejado los regalos en el sofá) los paquetes que se han dejado en algún armario escondidos, levantarse “oficialmente” y sorprenderse por todo lo que han traído, buscar las etiquetas con tu nombre, desenvolver…
Este año he sido buenísima porque me han traído muchas cosas (perfume, colgantes, libros, sesión de spa...) , aunque sin duda lo más gracioso ha sido mi Yoda parlante :)
Además está la estrella del día, El Roscón. Por supuesto relleno de nata, con sorpresa y cubierto con (repugnantes) frutas escarchadas. En serio, ¿a quien le gustan? Normalmente la gente las aparta, no se por qué las siguen poniendo, las pastelerías están perdiendo dinero! Una manera de acabar los días navideños de manera redonda.
Por cierto, este año la sorpresa me ha tocado a mi ¡bien! Un mini Capitán América jeje.
Feliz vuelta a la rutina!