A la vuelta a la vida laboral ha habido que sumarle eventos sociales para los cuales ha habido que trabajar un “poquito”. Se me han juntado entregas de trabajo muy muy ajustadas con entregas “personales” y esto, sumado a cuidar a un bebé, intentar llevar (más o menos) una casa ha hecho que casi no tenga vida y en momentos me viera un poquito desbordada. Un estrés todo. Con lo que me gusta hacer las cosas con tiempo ha sido una prueba durilla adaptarme a las circunstancias. Y además he empalmado enfermedades, para acabar de rematarme.
Menos mal que el pequeño es buenecer y deja trabajar. Y que las cosas de casa las hacemos entre dos, que sino…
Pero ahora que todo ha pasado y parece que estamos en unos días de “valle” estoy como desinflada, sin ganas de nada. Siempre me pasa. Después de una época de ir a matacaballo, cuando llega la calma estoy desganada y no me apetece hacer nada. Vamos, que pasa el día y he hecho lo justo. Y a veces ni eso. Como si ya no supiera qué hacer con mi “tiempo libre”.
A ver si se pasa esta fase de tontuna e intento, al menos:
- hacer algún postre, que ya tengo ganas de volver a encender el horno para hacer algo más que calentar pizza. Este año me gustaría probar a hacer un empanadico.
- leer porque ya me vale, no leo nada de nada. Por lo menos acabar el libro que tengo empezado

Informática (por lo que ya tengo la etiqueta "friki" de serie), me encanta leer (aunque me cuesta sacar tiempo), ver películas, el mundo web, trastear con Photoshop, mis perros y desde hace poco... mi peque. De vez en cuando también me meto en la cocina como hobby y hago postres. Todo esto cuanto tengo tiempo, claro.
¡Bienvenidos a mi blog!



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